Cine-Teatro-Otros
A los niños les gusta ver una y otra vez la misma película, pareciera que saber lo que va a pasar la otorga cierta sensación de seguridad.
En mi caso esa película era Fantasía, de Disney. No puedo aproximar el número de veces que la vi, lo que sí puedo es recordar la sensación (que aún hoy revivo). Es como ver un número de magia, de ilusionismo. La sorpresa, la maravilla. Una película sin diálogos, "solamente" música e imágenes, surgiendo, transformándose…
Es como ver el mundo crearse.
Una obra de arte inmensa, para todo público, más allá de los límites de la palabra.
Nací en tucumán en 1986 y mis años de la infancia los viví en México, de donde conservo amor en forma de aromas y sabores.
Después, de regreso en Tucumán, luego de algunos años de búsqueda entre la química y la física, me recibí de licenciada en artes plásticas mientras aprendía el oficio de hacer canciones, tomaba cursos de fotografía, diseño gráfico, masajes y aprendía del amor sus contrastes.
Me formé en pedagogía Waldorf y encontré allí una filosofía de coherencia desde dónde orientar mis pasos y mis proyectos.
Canto desde que tengo memoria, canto porque el alma me lo pide y porque me hace bien, canto para mí y con el tiempo he ido aprendiendo a compartir el canto, la voz, el corazón. También escribo desde que tengo memoria, casi siempre en verso, pero también escribo relatos, reflexiones y cartas, amo escribir cartas.
Escribo casi como un ritual para sanar, para crecer. Se me anudan las ideas y los sentires y entonces, escribir, es un poco desenredarlos.
A veces me pongo el traje de artista plástica y de curiosa. Dibujo, pinto, saco fotos, diseño, trabajo la tierra, siembro y cosecho. Me convocan las propuestas que buscan una convivencia armoniosa con la naturaleza.
Soy inquieta tejedora de puentes y soñadora de proyectos, siempre ando con alguno bajo el brazo, buscando que germine.
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