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Llegué a Lucky sin recomendaciones. Sólo apareció en la lista de un buscador y me gustó la portada.
Muchas veces, el flyer de una película es engañoso. No es el caso de Lucky: la portada es la visión de una estética despojada y serena que guía toda la película, un minimalismo amable, sin pretensiones.
Sé muy poco de cine, no es mi lenguaje, pero sé que fue la primera película de John Carrol Lynch como director y la última de Harry Dean Stanton, y nombra, sin golpes bajos, la vejez y la inminencia de la muerte.
Un anciano de noventa años, sus rutinas en un pueblito perdido, sus salidas al bar, sus amigos, una tortuga centenaria perdida. La cámara ocupada en acompañar a Lucky en sus caminatas, como un amigo, casi, como la muerte misma mirándolo vivir.
Stanton fue el tremendo actor de Alien y Paris, Texas. En Lucky, en sus miradas largas, los gestos temblorosos, la pequeña crispación de la boca, aparece lo mejor de Stanton, que murió tres meses después del estreno de la película.
Párrafo aparte (aunque la música es genial) para la escena en la que Lucky canta, con voz quebrada, una ranchera, imagen que queda en mi top ten de bellezas.
En Lucky nada sucede, pero salimos de ella envueltos en una suave melancolía, como cuando logramos recordar con felicidad a alguien que perdimos para siempre.
Mariana Finochietto nació en General Belgrano, provincia de Buenos Aires, en 1971. Actualmente vive en City Bell.
Publicó:
Cuadernos de la breve ceguera (La Magdalena, 2014)
Jardines, en coautoría con Raúl Feroglio (El Mensú, 2015)
La hija del pescador (La Magdalena, 2016)
Piedras de colores (Proyecto Hybris, 2018)
El orden del agua (GPU Ediciones, 2019)
Madura (Sudestada, 2021)
Coordina Microversos, talleres de exploración literaria.
https://www.facebook.com/mariana.finochietto
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