Libros de Otres
Entre todos tus bichos.
En esta oportunidad quiero hablarles de un libro de relatos muy interesante, que incluso me hizo recordar aquel concepto de literatura menor, desarrollado por los filósofos franceses Gilles Deleuze y Félix Guattari en su trabajo dedicado a la obra de Franz Kafka, se trata de Todos tus bichos, de la escritora venezolana Sara Jiménez Molina, ya con una segunda entrega por la editorial Niña Pez ediciones.
Hay en la obra de Jiménez una lengua desterritorializada velada en cada personaje, mayormente, mujer con la que el lector hace empatía, es decir, logra colocarse en ese mismo lugar de enunciación sensible e inacabado del pathos porque la autora explora momentos complejos de la vida por los que, de algún modo, todos hemos transitado; el duelo, la sensación de soledad, el abandono, el rechazo, la separación, las rupturas amorosas, el bullying, la incertidumbre ante el futuro: temas complejos tratados desde la simpleza del lenguaje o con una naturalidad brillante que da prioridad a las historias pero no sin dejar a un lado esas pinceladas hechas con recursos literarios; metáforas, imágenes, alegorías que le brinda una magia particular a cada historia.
La escritura de Jiménez no es solamente una escritura feminista o militante que entra en la categoría de literatura escrita por mujeres, pues me atrevo a decir que va más allá de estas casillas y es por eso que rescato el texto Por una literatura menor, de los filósofos antes mencionados, que profundiza en esa producción que se conecta con lo político cuando produce un tipo de solidaridad activa ante ciertas posiciones y grupos, de voces marginales, que despierta sensibilidad y consciencia en el lector.
Los ocho relatos expresados en esa legua desterritorializada por la autora/migrante, consiguen su propósito; suspender el sentido dejándolo abierto y sin juicios de valores. El vínculo de complicidad está presente en todos los relatos; lo vemos entre esa narradora protagonista que conoce a Alice en Las tres vueltas del Ampelmännchen; ambas atravesadas por la pérdida amorosa y en Algo que te alivie entre Jenny y Diana; esta vez la pérdida física y la pérdida del hijo, que parte de la casa familiar, o en esos rastros de lo que fue una relación amorosa, un tanto platónica, en Los abrazos de un árbol; reconstruida con retazos de recuerdos. El quiebre en las relaciones concentrado en el símbolo, en la alegoría, de un plato roto arrojado por Renzo en el relato El sentido, el brillo, la magia de algo.
En las historias de Jiménez se puede recorrer un hilo conductor, o leitmotiv, presente a través del quiebre, la ausencia, el vacío que pretende ser reconstruido o por lo menos verbalizado asumiendo el trauma como parte esencial de los individuos; marca y huella que forja el carácter, la personalidad, eso que hace de cada uno un ser singular fortalecido por esas experiencias desgarradoras. La marca como experiencia vivida, transitada, desde el dolor se puede superar. Relatos que me hicieron recordar los cuentos Mario Bellartin y Margo Glantz que desde la falta re/construyen o arrojan algo para compensar.
@yhonaislemus
