Música
1- Descubrir la propia voz. Esto se parece a escribir, donde también buscamos nuestra propia voz, nuestra forma de decir las cosas.
2- Cantar en compañía, escuchando a quienes cantan en nuestra cuerda o en las demás. Fusionarnos con algunas voces, hacer contrapunto con otras.
3- Respirar con conciencia. Para cantar tenemos que captar mucho aire y saber administrarlo al proyectar la voz. Si no lo administramos bien, nos queda la frase inconclusa o desinflada. Lo mismo ocurre al escribir: uno debe buscar la respiración adecuada para cada texto. Un texto sin puntuación deja al lector sin aliento, un texto con oraciones breves le entrecorta la respiración.
4- Estar en un grupo humano siendo uno más. Ninguno debe sobresalir, porque si eso pasa se pierde el concepto de coro. Que el autor desaparezca por detras del texto, que se diluya.
5- Conseguir que la voz fluya. Ídem al escribir; cuántas veces un texto “no fluye” porque lo tenemos demasiado agarrado.
6- Saber hacer silencio cuando la partitura lo dice y dejar que otros canten. ¿Y al escribir? Que el narrador no hable de más, que deje a los personajes expresarse.
7- Cantar en otros idiomas como si supiéramos hablarlos. Al escribir: asumir la voz de los personajes y no interrumpirlos aunque no concordemos con sus pensamientos o ideologías.
8- Soltar la voz. Soltar la voz.
9- Animarse a llegar a lugares donde la voz no tiene control. Animarse a escribir sin que lo racional nos frene.
10- Ser felices al cantar. Ídem al escribir.
Anahí Flores (Buenos Aires, 1977) se dedica a escribir y dar talleres de escritura creativa. No come animales desde 1987.
Es autora de tres libros de cuentos: Lo más natural del mundo (Desde la Gente, 2019), Criaturas (Alto Pogo, 2018; esta obra fue seleccionada para integrar el stand de Argentina en la Feria del Libro de Frankfurt, edición 2018) y Todo lo que Roberta quiere (Textos Intrusos, 2013).
Y de seis de poesía: Quizá en otro momento (Halley Ediciones, 2019), Sin embalar (Kintsugi Editora, 2019), Ciertas horas de la primavera (La carretilla roja, 2017), Se durmió y otros poemas (Bajo la Luna, 2015, gracias al tercer premio del Fondo Nacional de las Artes), Catalinas Sur (Eloísa Cartonera, 2012) y Limericks cariocas (Caki Books Editora, Río de Janeiro, 2011).
Y de un libro infantil, El crujido de las hojas, ilustrado con los bordados de Patricia Weber.
Compiló Bailarinas (Desde la Gente, 2018), antología de cuentos de autores contemporáneos ambientados en el mundo del ballet y Basura (Desde la Gente, 2020), antología de cuentos de autores contemporáneos que rondan el tema de la basura.
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