Música

Nunca busqué nada en la música. Por lo general, no me resisto. Quiero decir que sólo escucho. Poco tiempo para parar. Auriculares en el colectivo y canciones que todos escuchan. Sábado a la mañana y Charly García. Y fin. Así siempre.

Pero cada tanto, nuestras más sólidas costumbres se quiebran (por suerte). Las cosas cambian. Algo muere. Algo nace.

Una noche de febrero tremendamente calurosa. Una canción sonaba de fondo, no me acuerdo cuál. Llenábamos los vasos con cerveza. Entonces, él cambia la canción. Ahora suena Niño eterno. Canta y se detiene a hacerme comentarios sobre algunos versos. No dije nada. La realidad es que no sabía muy bien qué decir. Y así, sin esforzarme por buscar palabras, escuché. Escuché de verdad: me dediqué con todas mis fuerzas sólo a escuchar. Toda la canción sin hablar. Algo me dio calma. La poesía fuera del papel, fuera de los libros. La tranquilidad de habitar en un sonido.

Escuchar a Cardellino es calma, tranquilidad y poesía.

Micaela Torterolo nació en 1996 en Florencio Varela. Estudia Letras en la Universidad de Buenos Aires y dicta clases de Literatura en nivel secundario. También participó de distintas obras teatrales en el conurbano. Escribe narrativa breve y poesía.

Instagram: micaela_torterolo

gmail: mtorterolo44@gmail.com