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Cetáceos (Crítica)
Cetáceos (Crítica)
Cetáceos de Florencia Percia, crítica por Mariel García

Cetáceos es una comedia dramática argentina protagonizada por Clara (Elisa Carricajo), una mujer joven que trabaja como docente universitaria y que en el último tiempo presentó un proyecto de investigación postdoctoral que se encuentra en instancia de evaluación.

Clara vive con Alejandro (Rafael Spregelburd), su pareja. Ni bien se mudan a un nuevo departamento, él viaja a Italia para participar en un congreso académico. Es así que ella permanece sola por varias semanas, rodeada de cajas y canastos de mudanza sin vaciar que parecen no molestarla ni interesarle. A medida que se suceden las escenas, advertimos que hay algo que le interesa especialmente: escribir. Escribir la novela que está escribiendo.

La película muestra parte del camino errante y azarozo que va haciendo Clara entre lo que le pertenece y lo que no, entre lo que quiere para sí misma y lo que los demás esperan de ella, entre lo que habla en su interior y lo que el afuera le dicta. En esas andanzas conoce a Martín (Esteban Bigliardi), un biólogo marino que está realizando un documental audiovisual sobre la ballena franca austral.

Martín le comparte el material fílmico en el que está trabajando y le dice: “Mirá, esta es Hache, esta es la ballena que estoy investigando. ¿Y cómo sabés que es ella?, indaga Clara. Por las callosidades que tiene ahí arriba, ¿ves, en la cabeza y en los labios? Eso son poblaciones de parásitos que se le van instalando ahí arriba y arman formas particulares. ¿Y esta ves que tiene una hache ahí? Por eso yo le dije Hache. Clara pregunta y concluye al mismo tiempo: Ah, ¿o sea que esas cosas no son de ella, son como unos seres que viven ahí permanentemente?

En otro momento, Alejandro y Clara se comunican por videollamada y él le pregunta qué estabas haciendo. Escribiendo, le cuenta ella. ¿Escribías? ¿Qué? Muy bien me fue, eh. Muy, muy. O sea, todos los comentarios que escuché fueron muy positivos. Me parece que la repercusión fue bárbara, dice Alejandro, y enseguida le consulta a Clara si tuvo noticias del proyecto de investigación, pasando completamente por alto la respuesta que ella había dado: escribiendo.

Hacia el final de la película vemos que en la ballena franca austral Clara parece haber encontrado un reflejo, un eco, o algo así como un hondo silencio, quizá una palabra fundamental, que le permite afirmarse en su camino. Abrirse al afuera y a los otros, de un modo distinto al de los mandatos. Participar en el mundo sin que ello signifique socavar su propio mundo.

Mariel García nació en 1989 en Rosario, ciudad en la que vive. Es Licenciada en Comunicación Social y trabaja como docente. Publicó los poemarios Lento y brillante (Corteza Ediciones, 2015) y Mantra (La Gota Microediciones, 2016) y en estos momentos (otoño de 2023) se encuentra preparando junto a la editorial Halley el libro de poemas Flores celestes, flor azul.

marieleg@gmail.com

@mari.el_16

lentoybrillante.blogspot.com.ar

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