Música

1) ¿Cómo fueron tus comienzos: cuál fue tu primer intento, dónde, cuántos años tenías?

R: Creo que desde mi adolescencia, a los 14 o 15 años empecé a escribir en un blog que hice de internet. Agradezco mucho a mi hermano mayor Carlos por el impulso a hacerlo, al principio comencé imitándolo a él, quien también escribe poesía y hace canciones, por ahí creo que empezó todo.

2) ¿Cómo viviste, íntimamente, cuando tu nombre comenzó a ser conocido y/o cuando viste por primera vez tu obra expuesta al público?

R: Respecto a la exposición solo podría hablar desde la dimensión musical de mi obra, las canciones. Personalmente me identifico como músico, hace varios años ya que vengo tocando en público, en distintos escenarios (el año pasado publiqué mi primer disco) y creo que en esa área la exposición es un poco inevitable (y deseada también, supongo). Respecto a lo que he escrito, lo cual es muy poco, en lo que queda de este año o el próximo pretendo publicar mi primer libro de poemas, lo cual me tiene muy entusiasmado por una cosa muy personal también, creo que más allá de la exposición la idea de la publicación (ya sea en una obra musical o literaria) como que ayuda a concluir un proceso o definirlo, de algún modo, para mí es como cerrar una etapa para empezar otra.

3) ¿Qué cosas y/o prácticas quedaron en el camino a medida que fuiste dedicándote exclusivamente a tu arte?

R: Trato de mantener un montón de cosas, actividades paralelas a mi actividad artística. Ya sea jugar videojuegos, hacer ejercicio, ver pelis o leer. Para mí es esencial tener esos lugares a mano en los cuales uno se desconecta o descansa o no sé, creo que después uno vuelve más motivado a la actividad o disciplina artística a la cual le dedicas la mayor del tiempo.

4) ¿Cuánto se disfruta la exposición al público y cuánto se padece?

R: Que bonita la pregunta, creo que es una relación (idealmente) proporcional. Como mencioné antes, desde la actividad musical la exposición también es buscada, necesaria, hay una cosa material también, de sustento, que obliga de algún modo a la exposición (en cuanto mayor exposición mayor deberían ser la rentas, generalmente), quizá en el mundo literario es distinto, los escritores y escritoras con los que he estudiado (en formato de taller literario, donde revisamos y conversamos de poesía) generalmente tienen esa actividad a mano, la docencia. A mí personalmente me gusta la exposición, porque también implica un diálogo con la comunidad que quiero que reciba mi obra, siento que la pasaría mal si eventualmente me obligo a ciertas cosas o fuerzo el escenario para ciertas condiciones (lo cual no me ha pasado).

5) Contanos alguna anécdota acerca de frustraciones y sorpresas (gratas) respecto a tu obra.

R: A propósito de sorpresas, creo que es o es lo que más me encanta de la actividad artística. Hay momentos donde siento que la creación sale, como que se escapa nomás. Siento que eso es un ejemplo de cuándo el fenómeno que uno cree que está controlando en el fondo te dice cosas de vuelta. Me ha pasado con algunas canciones como con ciertos poemas, que es un flujo muy placentero y catártico, recuerdo el momento y el lugar de esas experiencias por lo mucho que me marcan esos momentos. No puedo decir qué pasa en esos momentos o cómo controlar o dirigir esa energía, a veces se da solamente. Por otra parte, creo que la frustración es parte inevitable en la creación, es un diálogo con uno. Lo vivo en mis rutinas de practica con mi instrumento musical, un diálogo constante con los límites de mis capacidades. Lo que trato de hacer con eso siempre es ser paciente, tratarme con calma, tratarme como trataría a un amigo o amiga al cual le estoy enseñando.

 

Poema:

Ted Hughes

A quién pretende engañar un hombre

gris un pueblo

tan lejos de tu casa

no estoy cómodo viajando solo en esta micro.

Te da miedo escribir sobre las fantasías que mojan tus calzoncillos.

No estamos en posición de reclamar una certeza.

Déjame cambiar el pulso

en cada embestida

en este poder sobreactuado

intenta el conejo modificar su naturaleza.

No te dejes convencer

no hay corteza

no hay familia

en ti

solo está la madre

que no conoce otra forma

y tienes que levantarte para ir al colegio.

Nico Carreño es un cantautor de Rancagua, Chile. Ha editado el EP (Sesiones Bushido n7, 2018) y diversos singles (Solo a veces, 2013. Frágiles Seguros, 2014 y Piola, 2014. Entre otros.) publicados de forma independiente. Durante el presente año estrenó su disco debut (Heterónimo, 2020) editado a través de Sello Mescalina. Cuenta con diversas sesiones en vivo tales como Circuito Nacional, La Vitrola, RoomStudios y La Fenêtre. En enero del 2019 recibió el primer lugar en el concurso de cantautores del Festival La Loma de Valparaiso con su canción «La Maldita Expectativa».