Textos de Otres

Subo poco a la terraza, menos a la calle. cada vez que hago alguna de las dos, pienso que debería hacerlo más seguido. salgo a caminar un rato, intento desarmar el día anudado, elijo un disco de Drexler de fondo para que me acompañe, se llama Cara B. Un país con el nombre de un río, qué ganas de visitar Uruguay. Unos años dorados, un pueblo habituado a añorar. Me conmueve la nostalgia rioplatense y el nivel de belleza de mi barrio en otoño que no es sencillo de describir. Como me cuesta quererte, me cuesta perderte, me cuesta olvidar. Hay un paisaje multicolor que forman los árboles mezclándose y alternando el ocre, el verde inglés y el pastel, el amarillo chillón y un mostaza combinados con el fresco que me pega en la parte de mi cara que no está cubierta por la mantita que tengo de bufanda que es una exageración a esta altura del año; en las calles no hay autos, se escucha de lejos la voz de un nene llamando a su mamá, el movimiento del mediodía es suave y este barrio tiene siempre un clima muy domingo. Las hojas están caídas por cada calle con adoquines, crujen cuando las piso y también las encuentro en la plaza que está atrás de la vía que se convirtió en el lugar donde hago yoga.

Sigo deambulando, sin mucho lugar a donde ir más que salir por un rato de cualquier pantalla. Estoy a dos cuadras de mi casa, pero perdida en lugares que nunca visité. La sensación es rara, me siento turista. Miro por primera vez una calle y reconozco la vía (que siempre suele confundirme). Hay un bar lindo, en una esquinita. Es muy chico, pero tiene una mesa vacía afuera. Chusmeo las pizarras: tiene café de especialidad y gin tonic. Sin que me de ni cuenta, el cielo que estaba radiante está cargado de nubes grises, cargadas. Tía Beba sabría decirme si son de frío o si son de lluvia. Me hubiera gustado que conociera mi barrio, que podamos hacer juntas estas mismas cuadras. El olor de la tierra mojada. ¿Café o birra? Gin tonic. En Villa Pueyrredón, o VP como le dicen los vecinos jóvenes a mi barrio, la noche está siempre vacía pero no es tenebrosa. Y nos hicimos mayores esperando las flores del jacarandá.

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Soy Ine de Sautu, lectora, poeta, periodista y comunicadora. Defensora de la alegría, del vermú, los libros y de la magia de lo que conmueve.

Estudios cursados: Periodista y Lic en Ciencias de la Comunicación

Libros publicados: Desde el fondo (2018, Rangún)