Textos de Otres

La Llamada (o el arte de escribir)
La Llamada (o el arte de escribir)
La Llamada (Anagrama, 2024), de Leila Guerriero o el arte de escribir.

 

La potencia histórica y literaria de «La Llamada», constituye un hito de imprescindible lectura a la hora de atestiguar el horror de la Dictadura cívico, militar y eclesiástica argentina (1976/1983).

De este libro, cuya primera edición es de enero de 2024, y que ya en 2025 va por la sexta, se han redactado una y mil reseñas, comentarios, críticas, etc. La historia allí contada gira alrededor de la vida actual de Silvia Labayru (y otras personas), de su secuestro, desaparición, tortura, violación en manos de aquellos asesinos, desaparecedores, torturadores, violadores, apropiadores de bebés y ladrones, desde hace tiempo condenados por el Poder Judicial gracias a la lucha de los organismos de DDHH que nunca bajaron la bandera de Memoria, Verdad y Justicia.

Y es cierto que «La Llamada» conmociona por sus detalles y protagonistas, y que por eso mismo, recomendar, reseñar e, incluso, criticar este libro, será por mucho tiempo vocación de muchas personas.

Pero hoy, desde Lit-Pan, queremos hacer foco en el arte de escribir encarnado por Leila Guerriero, a las enseñanzas que deja, posiblemente sin proponérselo, para quienes la literatura en todas sus formas resulta ser una pasión.

En este libro (también en Opus Gelber), Leila hace magia, y convierte entrevistas y hechos en una narración que bien podría ser ficcional, o un guión de cine o el texto dramático de una excepcional obra de teatro {under, por supuesto}. Y es que cada pausa conseguida con espacios interlineales, cada escenario, cada intersección, y la actuación de quienes son retratados o responden sus inquietudes, están exactamente alineados con ese atípico libreto –imaginario- que la Guerriero fraguó página a página, hasta construir esta magnífica pieza literaria -en el sentido musical de la palabra-.

Por último, cuando emergen en la lectura los represores Leila alcanza algo difícil de lograr, los recoge de la voz de Silvia y los demás que protagonizaron sus diferentes papeles en la historia y en este libro, y los devuelve en la tinta (al Tigre Acosta, Alfredo Astiz, y otros), transformados en personas, y al humanizarlos trae hasta nosotros aquel viejo axioma: lo monstruoso solo es patrimonio del ser humano.

Ahora dejemos que hable ella, Leila Guerriero.

Página 249:

«Secuestrada. Torturada. Encerrada. Puesta a parir sobre una mesa. Violada. Forzada a fingir. Al fin liberada. Y, entonces, repudiada, rechazada, sospechosa.

En medio de eso, en 1978, escribió cartas –dos, tres, no se acuerda- dirigidas a Hugo Dvoskin. Las envió al despacho del padre de él, que era abogado.

Una vez más, Hugo Dvoskin no contestó.

Hizo todavía un último intento: llamó por teléfono al estudio del padre, que le dijo que no pensaba ponerla en contacto con su hijo.

Y eso fue todo.

Todas las vías estaban cerradas.

Lo iban a estar durante cuarenta años».

BIO de Leila Guerriero en:

https://es.wikipedia.org/wiki/Leila_Guerriero

https://www.fnac.es/Leila-Guerriero/ia176875/biografia

¡Comparte!

Otros Contenidos Sugeridos

Recibe Novedades